Fotografía: imágenes proporcionadas por los proyectos
Las mujeres y el patrimonio biocultural en la pesca artesanal
Correr el velo de la memoria ligada al mar de dos mujeres del borde costero de O´Higgins, Cristina Poblete Chandia de 61 años, mujer de oficio alguera, junto a María Cecilia Vargas Sánchez de 54 años, de oficio alguera y pescadora artesana, junto a un texto que nos invita a reflexionar sobre el patrimonio del maritorio, la labor de las mujeres en su resguardo y los desafíos de puesta en valor, de voluntad (o no) política, de escasez de documentación e investigación, todas temáticas que nos interpelan.

Fundación Mujeres de Mar y Centro de Estudios La Grieta ponen a nuestra disposición «Las mujeres y el patrimonio biocultural en la pesca artesanal: Pilar de resistencia y rescate de prácticas sostenibles en el Maritorio y el rol trascendental de las mujeres en su resguardo.», revista digital de libre descarga, que tiene por objetivo examinar de manera integral el rol de las mujeres en los oficios de mar.

Señala el equipo de trabajo: “La participación de las mujeres en la pesca y las actividades relacionadas con el mar ha sido sistemáticamente invisibilizada y marginada debido a las normativas políticas asociadas a la identidad de género, así como a las responsabilidades reproductivas y de cuidado que tradicionalmente se les asignan. Esta situación ha obstaculizado su acceso a oportunidades laborales y productivas sólidas. A pesar de estas adversidades, en América Latina, el Caribe y a nivel nacional, las mujeres han desempeñado un papel fundamental en el sustento de sus comunidades, la conservación de los recursos marinos y costeros, y la transmisión de conocimientos ancestrales, lo que está estrechamente vinculado al patrimonio biocultural del cual las mujeres son guardianas y visionarias”.
Leer y descargar el libro, aportar con hacerlo conocido en nuestra región, no sólo pone en valor el trabajo de investigación, sino que también aporta con el reconocimiento del trabajo de las mujeres de mar, puesto que poseer información actualizada es fundamental para poder incidir en los cambios y mejoras, tanto en sus vidas y condiciones laborales como también en la gestión de nuestro borde costero.
Parada Literaria y el anhelo de convertir a Rancagua en una ciudad lectora
“Lee, lleva, intercambia, comparte” es el lema de las siete bibliotecas abiertas y comunitarias, dispuestas en módulos en siete Cesfam de la comuna de Rancagua, lecturas disponibles mientras esperas ser atendido, libro que puede incluso llevarse a casa y luego ser devuelto, para que otro usuario del establecimiento de salud lo pueda usar, es la propuesta de Parada Literaria.

El impulso para el proyecto fue el Fondo del Libro, financiamiento que no da recursos para adquirir libros de texto, lo que ha hecho incluir en la metodología, no sólo convencer de la idea a los funcionarios de la salud, sino que también la activación de una serie de campañas de recolección de libros, hasta la fidelización de voluntarios y voluntarias que aportan con su tiempo para la sostenibilidad del proyecto.
Hasta el año 2022, Isabel Contreras, Licenciada en Música y responsable de Parada Literaria, vivía en Colonia, Alemania, en cuyos espacios públicos existen libros contenidos en módulos de libre acceso, que se alimentan y cuidan con aportes de la comunidad. Parada Literaria nace a partir de la observación de esas experiencias. Elegir instalar módulos de lectura en los Cesfam de Rancagua, responde a la contingencia de la pasada pandemia y también por la rotación constante de personas. Lily Vergara, Belén Larenas junto a Isabel, conforman el equipo de trabajo, mujeres madres con destacadas carreras y estudios profesionales en el ámbito de la música y literatura, quienes han sabido conjugar el arduo trabajo de instalar y gestionar módulos de lectura y hacer frente a todos los desafíos.

“Lo que quería comentar es que casi toda la parte del trabajo ha sido con los hijos de mis amigas presentes, ellos incluso creen que trabajan en el proyecto, han estado en todas las inauguraciones y en casi todas las actividades que hemos hecho en los Cesfam, y eso me parece complejo pero también muy interesante y que muestra una realidad de cómo trabaja la mujer. Y desde ahí, de todas formas se consigue sacar el proyecto adelante, eso lo quiero comentar porque es un gran tema, yo no soy madre pero casi el 97 por ciento del tiempo me ha tocado trabajar con los hijos de mis amigas siempre presentes”

El día jueves 22 de febrero se llevó a cabo la última inauguración, las que comenzaron en el mes de noviembre del 2023, completando la entrega en los siete consultorios. Los desafíos de Parada Literaria también están relacionados con generar confianza y aceptación de la idea, “no ha sido fácil porque la primera reacción es que la gente se va a robar los libros, porque la gente puede libremente tomar un libro, leerlo durante la espera o llevárselo a casa para ser leído, ahora hemos estado informando que estos libros pertenecen a la biblioteca comunitaria pero es una biblioteca abierta, idealmente este libro tendría que volver al módulo”
En junio del 2023 se inició una campaña de recolección de libros de boca en boca, entre sus familias y sus bibliotecas personales, para luego ampliarse en los colegios, con las juntas de vecinos, lo que permitió la recolección de cerca de dos mil ejemplares. Las inauguraciones y conocimiento de la iniciativa, ha permitido que se sumen instituciones, como la Biblioteca Nacional, el INDH, las dos bibliotecas de la comuna de Rancagua, así como muchas pequeñas editoriales, quienes generosamente han aportado con libros nuevos y hermosos.
Para el equipo de Parada Literaria el proyecto no termina con las entregas de los módulos , se han dado a la tarea de seguir visitando cada dos semanas los establecimientos, haciendo recargas de libros, tejiendo redes para la recolección y la colaboración, para el acceso a la lectura y la calidad de vida.