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El legado de Chabelita Fuentes: pasión y labor entre tonadas y cuecas.

“Chabelita no solo vio renacer su legado; fue testigo de cómo su música y enseñanzas se convirtieron en un puente generacional. En este proceso, destacó su canal de YouTube Las Morenitas “Cantoras”, que amplió su influencia y permitió que nuevas generaciones redescubrieran el folclor chileno”.

El recorrido vital y artístico de Isabel “Chabelita” Fuentes, cantora patrimonial y arpista tradicional nacida en Ñuñoa y avecindada en San Vicente de Tagua Tagua, describe una trayectoria que atraviesa nueve décadas de transformaciones culturales, sociales y políticas en Chile. Su historia no solo refleja su talento y generosidad como intérprete y maestra, sino también una profunda resiliencia ante las adversidades de la vida. Desde sus primeras incursiones musicales hasta su reconocimiento con el Premio a la música de raíz Presidente de la República y como Tesoro Humano Vivo Regional en O’Higgins, Chabelita marcó un camino único en la música folclórica chilena.

Entre la música y la memoria

Bautizada como Matilde Isabel Fuentes Pino, vivió en un Chile urbano con sabor y reminiscencias rurales, que respiraba tradiciones y costumbres transmitidas oralmente. Estas raíces marcaron su vocación desde temprana edad, cantando con su padre, aprendiendo de su tía, luego a dueto con su prima, lo que la llevó a formar Las Morenitas en 1954 junto a Laurita Yentzen. Ellas representaron una ventana del folclor chileno. En los años 70, Chabelita y el país enfrentaron un periodo de cambio profundo. En el contexto de la dictadura militar, contrajo matrimonio y se mudó a San Vicente de Tagua Tagua, buscando tranquilidad. Nunca abandonó su compromiso con la música. Allí, en la década siguiente fundó el conjunto Tagua Tagua y el Conjunto Municipal de Pichidegua, manteniéndose activa, enseñando y creando espacios donde las melodías tradicionales seguían resonando.

No obstante, la dictadura no fue ajena al dolor. La traición entre compañeros del medio artístico y el clima de miedo dejaron una huella imborrable en su espíritu. Este periodo también marcó una pausa significativa en su carrera artística. Al casarse en 1975, Chabelita vivió un tiempo más introspectivo en el que negoció con su marido el regreso a los escenarios, sin abandonar nunca del todo su vocación musical.

Renacimiento y reconocimiento

A fines de los noventa su carrera musical se ralentizó por su propia edad y porque muchos de sus antiguos contactos perdieron vigencia en el medio o fueron falleciendo. El renacer artístico de Chabelita comenzó lentamente en 2007 y tomó fuerza desde 2014, impulsado por iniciativas del equipo de Patrimonio Tagua Tagua con quienes crearon la Agrupación de Cultura Patrimonial Chabelita Fuentes. Este grupo, inspirado por su legado, se dedicó a documentar y difundir su trabajo mediante grabaciones, videos y creación de redes sociales. Uno de los hitos de este periodo fue gestionar la grabación del disco “60 años de canto y tradición” en 2014, así como su participación en el disco “Música Tradicional de San Vicente de Tagua Tagua”. En 2015 grabamos juntos el disco “Arpas del Tagua Tagua” y en 2021 “Memorias de mi tonada”.

Estos esfuerzos condujeron a una serie de reconocimientos en vida, que incluyeron su nombramiento como Tesoro Humano Vivo Regional en 2014, Hija Ilustre de San Vicente en 2019, y el Premio Presidente de la República a la Música de Raíz en 2023, otorgado por el presidente Gabriel Boric en el Palacio de La Moneda. A esto se sumó la promulgación del Día Nacional de la Cantora Chilena en 2022, un homenaje que consagró su lugar en la historia cultural del país.

Chabelita no solo vio renacer su legado; fue testigo de cómo su música y enseñanzas se convirtieron en un puente generacional. En este proceso, destacó su canal de YouTube Las Morenitas “Cantoras”, que amplió su influencia y permitió que nuevas generaciones redescubrieran el folclor chileno.

Enseñanza y discípulos

Una faceta distintiva de Chabelita fue su rol como maestra. Su generosidad y paciencia dejaron una huella imborrable en sus discípulos. Formó a cantoras de distintas generaciones, trabajó con conjuntos como Rauquén, Palomar, Rigolemu, y dedicó tiempo a la formación individual de músicos y cantores.

Su metodología de enseñanza combinaba exigencia técnica y libertad creativa. Insistía en el respeto por las líneas melódicas, el fraseo correcto, y la armonía entre voces, al tiempo que alentaba a cada alumno a desarrollar un estilo propio. Frases típicas en su día a día, como “Mijito, uno nunca termina de aprender” reflejaron su filosofía de vida y su compromiso con el crecimiento continuo de sus discípulos. Era común encontrarla siempre bordando a las tres de la tarde, y siempre ensayábamos después de tomar el té de las cinco. Su vida metódica le permitió construir un nutrido legado.

Entre las anécdotas que revelan su carácter único destaca su capacidad para reírse de sus propias travesuras musicales, como modificar letras de ciertas canciones en los ensayos, con una gran cuota de humor. Sin embargo, su profesionalismo era intachable. Siempre destacó su presencia escénica, sus toquidos característicos de arpa y guitarra, así como la fuerza de su voz. Un episodio particularmente doloroso fue el único momento en que la ví bajarse llorando de un escenario, en una gira a Ancud, acompañando a un conjunto. Nos enfrentamos a una actuación caótica producto de una confusa dirección y luego pánico escénico de nuestros compañeros, los que no reflejaban en absoluto su alto estándar artístico.

Hitos nacionales e internacionales

El impacto de Chabelita trascendió las fronteras de Chile. Uno de los momentos más destacados de su trayectoria fue su viaje a Londres, donde participó en un encuentro de arpistas organizado por Bernardita Batlle. Este evento reunió tradiciones musicales de diversas culturas en la Facultad de Música en el King’s College de la Universidad de Londres, e incluyó la participación en un seminario en la Biblioteca del Senate House, consolidando su rol como embajadora del folclore chileno en el ámbito internacional.

En Chile, Chabelita llevó su música a escenarios tan diversos como el Teatro Municipal de Rancagua, la Sala SCD en Bellavista, el Museo Histórico Nacional, el Patagual de Olmué y hasta el Palacio de La Moneda. En cada presentación, su entrega y conexión con el público fueron testimonio de su pasión por preservar y compartir las raíces culturales del país. 

Homenajes y legado

El fallecimiento de Chabelita en 2023 nos dejó un vacío profundo, pero su legado sigue vivo en las voces y corazones de quienes la conocieron y aprendieron de ella. En marzo de 2024 donamos junto a Juan Carlos González, todo el archivo documental y fotográfico que heredamos de su mano al Archivo de Literatura Oral y Tradiciones Populares de la Biblioteca Nacional, los que pronto serán procesados y digitalizados para quedar a libre disposición de futuros interesados. 

En la Sala Isidora Zegers, realizamos un homenaje a un año de su partida. Se reunieron  discípulos, amigos y nuevas generaciones, reflejando la trascendencia de su influencia. En particular, ha destacado la labor de difusión y entrega artística de su compañera Laurita Yentzen Flores, quien a sus 91 años continúa recordando las más de siete décadas de amistad compartiendo las canciones que marcaron sus vidas.

Chabelita fue mucho más que una cantora; fue una mentora, fue una mezcla entre mi abuela y mi madre musical, y también sigue siendo una figura inspiradora cuyo legado perdurará como una melodía que nunca se apaga. Que no se apaga porque se transmite, porque es lo que nos toca en este puente que generación tras generación vamos construyendo. Sus palabras, consejos y enseñanzas resuenan en cada interpretación, recordándonos la riqueza de nuestra música tradicional y la importancia de mantenerla viva. Ahora nos toca pensar cual va a ser nuestra mirada de ella.