Cultura, patrimonio e identidad desde O´Higgins

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Dos cineastas de O’Higgins brillaron en el FIC Valdivia

Diego Acosta, con Carta a Guni, y Diego Soto, con La Corazonada, han logrado abrirse camino con propuestas sensibles y profundamente personales.

Fotos Isidora Gálvez

El Festival Internacional de Cine de Valdivia (FICValdivia), uno de los encuentros cinematográficos más relevantes del país, volvió a convertirse en una ventana para las nuevas voces del cine chileno. Entre ellas destacaron dos realizadores de la región de O’Higgins que han logrado abrirse camino con propuestas sensibles y profundamente personales: Diego Acosta, con Carta a Guni, y Diego Soto, con La Corazonada.

Ambos cineastas comparten no solo el territorio, sino también una búsqueda estética que dialoga con la memoria, la identidad y los afectos. Desde distintos registros —el documental íntimo y la ficción de atmósferas—, sus obras proponen un acercamiento al cine como espacio de exploración emocional y narrativa.

Cartas de Guni, de Diego Acosta

El director machalino presenta un trabajo que indaga en la correspondencia como refugio y como puente entre generaciones. Carta a Guni se construye a partir de fragmentos de memoria y relatos familiares que se entrelazan con una mirada poética sobre el tiempo y el territorio.

“Carta a Guni se trata de lo que nos pasa cuando leemos a nuestro autor favorito en la zona que le corresponde. También se trata de hacer cine con amigos, improvisando, y del Quilehue, del Diablo y de Lincoyán”, comenta Diego Acosta sobre su obra.

Consultado sobre el panorama cinematográfico en la región de O’Higgins, el realizador sostuvo que “la veo muy bien, cada vez mejor”. Destacó además la importancia de su participación en el FIC Valdivia: “Es una felicidad extrema y un honor local; es el mejor festival de cine del mundo”.

La Corazonada, de Diego Soto

Por su parte, el rancagüino Diego Soto llegó a Valdivia con La Corazonada, una historia que se adentra en los impulsos y contradicciones humanas a través de una narrativa de tono introspectivo.

La Corazonada es una historia de amor entre una mujer que, junto a su hijo, administra un balneario, un centro de recreación con piscina en Doñihue, del que se enamora un motoquero de Rancagua. Ambos son personas de más de 60 años, entonces es una historia de amor en la época de la madurez, que también muestra la inmadurez que tienen estos personajes a su edad”, explica Soto.

El cineasta agregó que se trata de un estreno muy especial: “La película se hizo con mis familiares y amigos. Está protagonizada por mis tíos, actúan también mis primos, amigos, mi mamá, y viajamos todos a Valdivia para el estreno. Va a ser muy bonito verla en una sala grande, llena de gente, en una ciudad que se transforma en torno a las películas”.

La participación de ambos creadores en el FIC Valdivia, realizado entre el 6 y el 12 de octubre, reafirma el crecimiento del cine regional y su aporte al mapa audiovisual chileno. Desde O’Higgins, estos realizadores construyen universos personales que dialogan con lo universal, llevando a la pantalla voces que nacen desde el territorio y trascienden sus fronteras.